viernes, 30 de septiembre de 2016



Miomectomia laparoscopica






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La miomectomía es la intervención quirúrgica mediante la cual se extirpan los miomas uterinos, también denominados «fibroleiomiomas», «leiomiomas», «miofibromas» o «fibroides».


La miomectomía deja el útero intacto y por lo tanto es el tratamiento preferido para eliminar los miomas en la mujer que busca tener hijos. La capacidad de lograr el embarazo aumenta con la miomectomía, pero no está garantizada. En función del tamaño y la ubicación de las incisiones, cabe la posibilidad también de que después de una miomectomía se necesite una cesárea para el parto.


¿Qué son los miomas uterinos?

Hemorragias profusas durante la menstruación

Menstruaciones dolorosas

Pérdidas de sangre durante todo el mes

Anemia (carencia de glóbulos rojos)

Dolor de vientre y de espalda

Estreñimiento y aumento de la producción de orina

Subfertilidad y abortos espontáneos

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El mioma uterino es una tumoración del útero que casi siempre es benigna y puede desarrollarse dentro de la cavidad uterina (donde tiene lugar el embarazo), en el interior de la pared muscular del útero o en la superficie externa del órgano.


Entre el 30% y el 40% de las mujeres tienen miomas. La mayoría no producen síntomas y las pacientes ni siquiera son conscientes de que los tienen, así que no requieren tratamiento. En algunas mujeres provocan hemorragias, dolor abdominal, presión y subfertilidad y éstos son los casos que pueden abordarse quirúrgicamente con la miomectomía. Existen distintas modalidades de acceso: miomectomía abdominal, miomectomía histeroscópica y miomectomía laparoscópica


Los síntomas de los miomas son:

Hemorragias profusas durante la menstruación

Menstruaciones dolorosas

Pérdidas de sangre durante todo el mes

Anemia (carencia de glóbulos rojos)

Dolor de vientre y de espalda

Estreñimiento y aumento de la producción de orina


Subfertilidad y abortos espontáneos

Diagnóstico de los miomas uterinos


La mayoría de los miomas se diagnostican con una ecografía vaginal. Si el mioma se encuentra cerca de la cavidad uterina o se proyecta hacia su interior, normalmente se solicita una histerosalpingografía o una sonohisterografía para obtener una imagen más clara de su disposición en el útero.

La miomectomía como tratamiento

En lo que concierne al tratamiento de la fertilidad y la evolución del embarazo, si los miomas son pequeños y no se proyectan hacia el interior de la matriz, o si no producen molestias, se pueden dejar sin tratar. En cambio, si los miomas afectan a la fecundidad, conviene extirparlos mediante una intervención denominada miomectomía.


Miomectomía laparoscópica


La cirugía laparoscópica es la que se realiza a través de pequeñas incisiones externas y se sirve de una cámara de fibra óptica para orientar al cirujano por el interior del cuerpo. Es habitual en intervenciones ginecológicas.


Los miomas adheridos a la parte externa del útero por un tallo («miomas pedunculados») o los miomas superficiales que se ubican cerca de la superficie externa («miomas subserosos») son los más fáciles de extirpar mediante laparoscopia. En cambio, los que crecen dentro de la pared uterina («miomas submucosos») son más difíciles de eliminar mediante laparoscopia y es más habitual que se proceda a la miomectomía con acceso abdominal.



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